4/29/2007

Cuento, todavía sin título

No tiene título, y puede estar sujeto a modificaciones. Pero quiero que lo lean.




Se construye mucho más alto
si se lo hace desde el aire
y no sobre tierra firme


El show terminó. El payaso levantó la vista, y observó al teatro vacío. Con los ojos ya secos, fue mirando los asientos roídos por las ratas, con sus tapices naranjas, que alguna vez fueron del rojo más brillante. Y se encontró solo. Su show ya había terminado.
Sin apuro dejó el escenario, dirigiéndose a su camerino, donde no había nada más que su mesa de maquillaje cuyo espejo se encontraba rajado. Allí, se sentó a observarse, y lo hizo durante un tiempo.
Luego, acariciando su nariz, que compartía aquel anaranjado viejo de los asientos del teatro, se la quitó. También se sacó la peluca y apoyó ambos disfraces sobre la mesa. Una vez acomodados estos, con un pañuelo, fue quitándose lentamente el maquillaje, recordando las veces que lo había confundido con su propia piel. Con su cara ya desnuda, volvió a mirarse y se encontró viejo. Muy viejo.
Sin levantarse, se quitó los zapatos y luego aquellos grandes pantalones, (tratando de no recordar aquellos sueños en los que nunca los sacaba) dejándolos doblados a un costado, junto con el calzado. Cuando quiso sacarse la flor de juguete que adornaba su pecho, allí donde estaba el corazón, la misma se deshizo, seca, como si nunca hubiese florecido. (Qué raro, hubiera jurado que era de plástico)
Minutos más tarde, se encontraba desnudo frente a su imagen. Las lágrimas no tardaron en venir, y eso estuvo bien. Fueron dos, y él las tomó con sus dedos sosteniendo una en cada mano, y se dedicó a acariciarlas hasta mucho después de que se hubieran disuelto en el aire.
Ya sin nada más, y así como lo había hecho con el maquillaje, comenzó a quitarse la piel y los músculos de sus piernas, para luego ir arrojando los desperdicios en un cesto que tenía a un costado. Fue quitándose todo, dejando solamente sus huesos. Una vez que terminó con sus piernas, y antes de continuar con su torso, decidió quitarse primero los ojos. Y eso también estuvo bien.
Terminó como siempre, un esqueleto mirándose al espejo, con un corazón suspendido en el aire, sin venas ni sangre para bombear. Sus brazos no fueron lo suficientemente fuertes como para vencer a la nada que lo sostenía en su lugar. Y las cuencas lloraron sus lágrimas invisibles por esto. Rendidos, ambos.
Se levantó y se acostó luego en el piso. Para descansar mirando la oscuridad del cielo raso. Y soñar con rojos brillantes.

te lo ruego
no soples abajo mi castillo de arena

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5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"fue quitándose lentamente el maquillaje, recordando las veces que lo había confundido con su propia piel."

...Y dio gracias por esas veces,
porque habían estado bien.
Y también agradeció que, después de todo y debajo de todo, esté su piel, su Yo, su todo lo que faltaba por ser. Y eso, eso era lo mejor de todo.

Te quiero.

11:30 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me encantó. Lo sentí.
Apagué la luz, cerré las cortinas, me olvidé de la música y me hice pupilas atentas, críticas, románticas.

Hermoso, y poderoso -tanto, tanto que logra transformar voces-.

11:33 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

siempre uploadeas los domingos...

ya te di mi opinión por msn

12:01 a. m.  
Blogger Eternal Outsider said...

ufa.. no escribiste más...

adiviná quién soy jaja

3:11 a. m.  
Blogger Gustavo said...

mmm, tengo una idea... jaja
lamentablemente la creatividad que tengo sólo me alcanza para hacer un grandes éxitos...
y siquiera sin un tema nuevo.
jeje
igual gracias por el interés
espero subir algo nuevo pronto.
Besos!

12:26 p. m.  

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